HADA



Sumida en las alas
de un profundo sueño
dormida y acallada
sin encontrar sosiego.

Entre espinas de rosas
guardaba el anhelo
de pétalos y hojas
en el mullido suelo,

Y sin notar siquiera
que soplaba el viento
despertó de la inercia
aquel instante eterno.

Entre color y caricias
descubrió en silencio
que se hallaba perdida
y no tenía dueño.

Así voló, deprisa,
desbocada y sin freno
para encontrar la vida
en el primer beso.