Hoy escrutando tu rostro
descubrí cosas no detalladas,
cicatrices y marcas leves,
tal vez inescrutadas.
De tu frente libre
una pureza extraña
del pensamiento fresco
como clara mañana.
De tus ojos la luz
pícara, soberbia y franca,
con destellos del deseo
que destila de tu alma.
De tus mejillas el color
que no cambia ni matiza
y no revela de tu ser
lo que callado guardas.
De tu boca simetría,
perfección en suave forma
humedad, tersura y misterio
que en ella se colman.